La Guía Michelin es el nombre genérico de una serie de guías turísticas publicadas anualmente por la editora francesa Michelin Éditions du Voyage. Una de estas guías está dedicada a la Arquitectura “que no puedes perderte” de diferentes lugares.
Resulta irracional considerar la antigüedad de una construcción como criterio para que un edificio aparezca en esta guía, pues, una obra por ser más antigua no tiene que ser mejor. Se nos propones pues, establecer unos nuevos criterios a seguir para esta guía.
Para un arquitecto las obras que deberían aparecer en esa guía serían diferentes a las de las personas normales, entendiendo al arquitecto como persona formada en este aspecto y a las personas normales como las no formadas.
Esto es así debido a la diferenciación de su formación sobre la Arquitectura.
De modo y manera que en esa guía (destinada mayoritariamente a las personas no formadas en profundidad sobre el mundo de la Arquitectura) las obras que deben aparecer, en mi opinión, deberían ser aquellas más típicas del lugar. Ya que cuando una persona viaja a un lugar, yo no creo que le interese ver la mejor obra arquitectónica, pues debido a su formación, no llegan a entenderla bien, preferirían ver aquello más significativo del lugar, lo típico, que no tiene porque ser lo más antiguo ni mucho menos.
Pero si los arquitectos de verdad quieren que la gente comprenda sus obras y que no sólo admiren las obras típicas de cada lugar, aquellas con mucha ornamentación o aquellas que destacan por su impactante dimensión… deberían interesarse por transmitir al mundo, al menos, una pequeña formación. Pero, como de momento esto no es así, lo más lógico sería que en la guía Michelin apareciesen las obras más típicas y representativas del lugar, que a fin de cuentas, es lo que a ese público le interesará.
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