lunes, 8 de noviembre de 2010

Nuevos criterio para una guía Michelín. Cristian Castillo Navarro. G.11.

Mi Guía Michelín.

A efectos de la exposición que se dio en clase del libro “Las Estrellas de la Arquitectura”, se hizo referencia a la “Guía Michelín” de la Arquitectura con una crítica en torno a los criterios que esta guía sigue para puntuar y denominar distintas obras arquitectónicas como recomendadas para ser vistas o visitadas en caso de encontrarse en pleno turismo en cualquier ciudad. Pues la guía toma como criterio a seguir aquello que es antiguo, que representa a lo que llegó la arquitectura humana hace ya cierto tiempo, dejando de lado lo moderno, o no tan moderno, que la arquitectura en realidad es capaz de ofrecer.

En la misma guía, se ofrecen aquellos edificios propios de lo histórico, ya sea por eventos de gran importancia en general como edificios de una grandeza histórica a destacar. Ante esto no presento descontento en absoluto, pues son historias curiosas y que son un buen detalle a conocer. Pero la ignorancia de los autores acerca de la verdadera arquitectura se puede observar en la puntuación obtenida por dichas construcciones arquitectónicas, ¿Cómo es posible no nombrar siquiera la Sagrada Familia de Gaudí, y hacer, no solo mención, sino una puntuación a tener en cuenta con respecto al Museo del Prado en Madrid?. ¿Y qué es de aquellas obras de Frank Lloyd Wright o Le Corbusier que tanto impresionan y tanto nos influencian con esa arquitectura tan moderna?. Siendo conscientes de esto, observamos como, aquellos grupos de turistas que desconocen la verdadera arquitectura, caen presos de una repetición de obras antiguas, impactantes, pero no representantes de la arquitectura.

Para corregir esto, y para llevar a cabo una enseñanza plena de la arquitectura y su muestra a un público que la desconoce, siendo el objetivo principal de la arquitectura el “Resolver Problemas”, mi criterio para una nueva “Guía Michelín” sería, tanto una puesta en común del punto de vista de distintos expertos en la materia, considerando estructura, funcionalidad y ornamentación; como una consideración directa de la modernidad de las obras con respecto a su época, es decir, cuanto más avance en arquitectura muestre una obra según el momento en que se lleve a cabo, debe ser mejor o peor valorada. De esta forma corregiremos la distancia que se da entre una Sagrada Familia totalmente nueva e impactante y un Museo del Prado increiblemente tradicional y típico.


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