
Una chica corriente, se queda sin empleo, y, ante su exhaustiva búsqueda de algo que llene su día a día, descubre su pasión. Un dólar, un traje viejo y una máquina de coser son los ingredientes
perfectos que Marisa Lynch utiliza para crear su ropa del día día, presentando así su propio modelo de “casa”. Vive con los trajes, eso ha generado su gran reconocimiento y la ha llevado a la fama.
Un claro ejemplo de lo que pueden llegar a ser una idea y un deseo.
Cristian Castillo Navarro G.11
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