Si me tuviese que quedar con una reflexión general, diría que, como muchas veces se ha dicho, el Arquitecto está en continua renovación de ideas. Debe realizar un proyecto, mira a su alrededor, encuentra algo que realmente le inspira, y comienza con la idea. Cuando lleva tiempo elaborándola, se da cuenta de cambios que debería hacer, lo modifica, al otro rato cree haber encontrado otra mejora, y así consecutivamente. Finalmente, cuando ya lo tiene todo contruido y entregado, aún sigue pensando en mejoras que le debería de haber hecho. Por eso también digo que al principio necesitabamos muchisima critica en nuestros trabajos, para nosotros concienciarnos en que eso está mal y lo debemos mejorar. Al final de todo, ya sabemos autocriticarnos en cierta medida, y buscar una buena manera de mejorar.
También hemos tenido como objetivo llegar a un proyecto ideal, distinto a todo lo demás, y por supuesto lo más innovador posible, saliendo de la rutina en la que nos vimos envueltos la primera semana. Todo es un largo proceso que al final nos ha llevado a la primera de muchas metas, metas que alcanzaremos con el paso del tiempo y con la mejora de nosotros mismos.
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