Reflexiones tras acabar el traje
Al principio todo eran risas, todos nos preguntábamos qué tenía que ver un "disfraz" con la arquitectura. Según íbamos elaborando nuestro traje-social, nos íbamos percatando de cuanta relación tenía y no sólo en el sentido del presupuesto, que teníamos que ser precavidos ya que contábamos con el de nuestro bolsillo, sino por la relación entre el proyectista y el objeto. Al igual que un proyecto de un edificio, en el traje surgían problemas que teníamos que resolver, además teníamos que tener en cuenta que cumpliera determinadas funciones al igual que un edificio y por último, vender nuestro traje, presentarlo al público el último día en el desfile.
Un trabajo que nos ha acercado más a la arquitectura. A la forma de ver, interpretar y por último proyectar.
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