Personalmente, he usado la guia bastante en mis viajes debido a que te simplifica mucho las cosas, sin embargo al reflexionar sobre ella, me he dado cuenta que me he perdido muchas cosas al seguir únicamente el criterio de antigüedad. Sin embargo, también me doy cuenta de que lo que podría intentar la guia, es informar a todo turista de aquello que se suele visitar en un lugar, para que al menos no se sienta perdido en el. Pero, ¿un turista es igual que un arquitecto en el sentido de la formación? la respuesta casi siempre es no.
Por esta ultima razón, mi Guia Michelín, estaría compuesta en dos partes, una para aquellas personas no formadas en la arquitectura, que simplemente quieran visitar un lugar para admirar su grandeza, y otra parte para aquellos entendidos de arquitectura en la que también arquitectos plasmen sus conocimientos, que conteniendo el como se hizo, quien lo hizo, con que material, con que intención, etc.
Así, una persona entendida en arquitectura podrá disfrutar de una guía hecha por arquitectos que no siga malos criterios, y una no entendida en arquitectura tendrá una guia a seguir al visitar un lugar desconocido, pero además podrá empezar a interesarse en la arquitectura, ya que los arquitectos que realicen la guia, podrán plasmar todos sus conocimientos
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